miércoles, 14 de septiembre de 2016

Higienismo y Medicina Holística II

Higienismo y Medicina Holística : volver a vivir – 2 parte

higienismo
El hombre “moderno” ha separado “cuerpo” y “mente”. Con ello, aparte de perderse a sí mismo, ha cortado la sublime comunicación que mantenía con la Madre Naturaleza. Esto ha abocado en la alineación de Occidente. El hombre de la sociedad del “bienestar”, de la televisión y del automóvil posee su otra cara que representa la tasa que debe pagar en forma de enfermedad : individualista, cada vez más alejado del concepto de universalidad, agresivo, autómata, vacío e incomunicado a pesar de hallarnos en la era de la comunicación. Busca la felicidad en el exterior creyendo que al “tener más” llegará a poseerla. Pero ésta no llega ; los “viejos maestros” tenían razón : la felicidad se haya dentro de cada uno, en nuestra mente, en la “actitud”.
El Higienismo y la Medicina Holística tienen en cuenta los verdaderos factores causales de la enfermedad en el hombre de hoy:
  • Alimentación no natural y contaminada por la era química, la cual está produciendo un impacto en nuestros alimentos que supone hoy día miles de muertes al año debido a la intoxicación por plaguicidas, herbicidas, en su uso dentro de la producción de la agricultura convencional. Así mismo el poder nutritivo de los alimentos procedentes de esta forma de cultivo se reduce con cifras tan alarmantes que ya se ha conseguido por primera vez en la historia de la agricultura naranjas con un contenido de vitamina C de O miligramos. Se introducen productos químicos elaborados artificialmente en el cuerpo humano por primera vez en su evolución biológica y de los cuales conocemos únicamente los efectos a corto plazo, pero desconocemos sus efectos a medio y largo plazo, aunque se presume que estamos a las puertas de lo que se ha dado llamar “el genocidio químico”.
  • Hábitos insanos : vida sedentaria, tabaco, alcohol, …
  • Polución artificial ambiental de dimensiones gigantescas que sólo por si misma es capaz de disminuir la calidad y cantidad de vida de manera alarmante y al mismo tiempo desconocida.
  • Contaminación electromagnética, la cual es capaz de incidir tan negativamente en la salud que ya se ha demostrado científicamente la relación de tumores malignos con la exposición a irradiación electromagnética (líneas de alta tensión, …). La ciencia de la Medicina del Hábitat (Radiestesia y Geobiología) estudia las circunstancias particulares y generales a las que está sometido el ser humano y expone la conducta a seguir.
  • Fármacos químicos de la medicina convencional, la cual ha nacido del falso axioma de que los microbios son siempre los causantes de la enfermedad, desatendiendo el sutil mensaje de todas las medicinas, culturas y religiones antiguas, que han coincidido en afirmar que “el microbio no es nada, el terreno lo es todo“, frase que se le reconoce a Pasteur, el mismo que inició la moderna era química. Con el descubrimiento de la penicilina se desarrolló la moderna medicina alópata. Pues bien, él mismo, con la referida frase deseaba advertir a la clase médica imperante que se cuestionara la afirmación de que los microbios son los culpables directos de las enfermedades. Esta afirmación nació a partir del descubrimiento de los microbios debido a su vez al invento del microscopio en esa época sin tener en cuenta otras circunstancias de las enfermedades ; los microbios son seres microscópicos con los que hemos estado en estrecha relación durante millones de años sin llegar a exterminarnos.Es decir, los microbios que han sido “socios” nuestros dentro de la ley de la evolución de las especies y conviven dentro de nuestro cuerpo no son los causantes directos de la enfermedad sino que ésta es consecuencia de un debilitamiento del sistema defensivo o inmunológico, lo que los “viejos maestros” llamaban “vix naturae medicatrix“, producido por la contaminación de nuestros alimentos, contaminación ambiental, química, farmacológica y mental, que son las verdaderas causas de la involución humana.
  • La Mente. Hoy día gran parte de los hombres del llamado primer mundo sufren de desequilibrio mental en grado variable. En la psicología humanista-transpersonal y en la filosofía perenne oriental se halla la base sobre la que actuar para cambiar nuestra actitud :  zen, yoga, vipassana, “Proceso Hoffman“, coescucha, …Por tanto, el Higienismo, tanto por sí solo como integrante de una Terapia Holística estudia al hombre desde el punto de vista integral, cuerpo y mente interrelacionados, imprescindible para recuperar el estado de salud. Además estudia todos los factores que promueven la enfermedad y sus verdaderas causas.
    Todas las culturas y religiones han estado de acuerdo en su mensaje de fondo, con distintas connotaciones de forma, sobre el origen de la enfermedad hasta este presente actual donde el hombre “civilizado”, debido a la pobre capacidad de auto crítica, busca un culpable exterior a sus vicios, un “chivo expiatorio” al que culpar de los pecados que desea cometer.
    En su terapia holística, la Medicina Integral  considera el cambio de actitud mental, la trofoterapia (terapia con nutrición natural) la Higiene Vital (Higienismo : Ayuno y Dietas Depurativas) y la Medicina del Hábitat (Radiestesia y Geobiología) como imprescindibles, y llama la atención al hombre de hoy de que el camino fácil que ha elegido no le conducirá muy lejos.
JUAN JOSÉ NÚÑEZ GALLEGO .  Médico – Higienista . Vigo

Higienismo y Medicina Holística I

Higienismo y Medicina Holística : volver a vivir

higienismo
El Higienismo es una ciencia que define las enseñanzas de los Maestros, el mensaje sutil de todas las civilizaciones anteriores a la época presente, la sabiduría ancestral de los pueblos antiguos y el mensaje sublime de todas las religiones (no se refiere a los fundamentalismos, ni a los mensajes tergiversados que hoy se proclaman).
La salud verdadera, es decir, la Salud Natural, tiene relación directa con unas Leyes Universales que rigen el planeta en lo que se refiere a las condiciones ideales para que la vida humana pueda desarrollarse con una salud vibrante durante toda la vida del ser en armonía consigo mismo y con la Naturaleza.

Nuestra lucha contra los microbios

La medicina oficial nos ha hecho creer que la enfermedad es algo negativo que se debe suprimir rápidamente y que los microbios son los causantes de las enfermedades. Debemos recordar que en el presente las tres causas más frecuentes de muerte en el mal llamado mundo civilizado son: corazón, cáncer y carretera; curiosamente ninguna de ellas está producida por microbios.
Fue a mediados del pasado siglo, hace sólo unas décadas, cuando se inventó el microscopio y con el se divisaron unos seres diminutos que se denominaron microbios. Estos eran especies diferentes y en cada enfermedad aparecían unos característicos. Entonces la clase médica imperante en esa época creó un dogma: “Ya que aparecen una clase de microbios con cada enfermedad, hemos descubierto que el microbio es la causa de ella”.
Así nació la medicina moderna y oficial que revolucionó todo lo bueno que se conocía de las medicinas antiguas. Surgió el “antibiótico” (que significa “anti-vida”), que al principio eran de primera generación, es decir, orgánicos, descubiertos a partir de hongos. Luego llegarían las multinacionales de los fármacos químicos que se convirtieron en un verdadero órgano de poder por encima de los gobiernos llegando a pesar más el interés económico que la importancia de conocer la verdad sobre los problemas de salud.
Es el momento de recordar que la especie humana hemos llegado hasta aquí en nuestra evolución sin la necesidad supuestamente imprescindible de los antibióticos, fármacos y vacunas. Pensemos esto: “Si los microbios pueden matar nuestro cuerpo, como dicen los médicos, y los antibióticos pueden destruir los microbios, ¿Qué harán los antibióticos (anti-vida) sobre nuestro cuerpo?
Una clave para entender lo expuesto hasta ahora es tener consciencia de un factor de error: nuestra pobre capacidad de auto crítica. Este defecto nos lleva a culpabilizar de nuestras equivocaciones y de nuestros vicios a alguien o algo que no seamos nosotros mismos. Con esta actitud, en vez de enfrentarnos a nosotros mismos nos resulta más cómodo sentirnos víctimas que merecen atención y lástima. Y el papel de verdugo se lo hemos adjudicado a los microbios, los cuales, no pueden defenderse de nuestras acusaciones.

Nacimiento del Sistema Defensivo o Inmunitario

Para estudiar y entender los verdaderos factores que causan las enfermedades humanas, debemos comprender bien el sistema inmunitario, uno de los más antiguos y básicos sistemas biológicos que existen y que poseen todos los seres vivos desde los más simples a los más complicados.
Su aparición es simultánea a la misma vida orgánica sobre el planeta, hace dos o tres mil millones de años, cuando por azar o siguiendo un mandato secreto, unas moléculas orgánicas e inorgánicas empezaron a reaccionar entre sí uniéndose o separándose, según sus afinidades físicas y químicas en algún lugar de la tierra o del mar; así, hasta que en algún momento de la noche de los tiempos, algunas de aquellas moléculas lograron asociarse y formar el primer conglomerado físico-químico el cual era capaz de existir separado del medio que lo rodeaba; había nacido el primer ser vivo. Y esa propiedad recién adquirida, que le permitía la separación del medio hostil y que le permitía convertirse en un ser individual, era el primer sistema defensivo o inmunológico que había creado la vida.
Se formaron las primeras células cuyos rudimentarios sistemas inmunológicos tendrían a partir de entonces millones de años para irse perfeccionando y así dar nacimiento a especies más evolucionadas con sistemas defensivos más sofisticados. De esta forma a lo largo del tiempo fueron apareciendo toda la variedad de especies que han habitado este planeta.
Durante toda la historia, desde los seres más primitivos como virus y bacterias hasta los más complejos como los mamíferos y el ser humano, todos hemos vivido juntos gracias precisamente a nuestros sistemas inmunológicos, los cuales siguen guardando la individualidad biológica de los distintos seres vivos entre sí y de éstos con el medio que les rodea.
Los humanos poseemos una variedad enorme de especies microscópicas viviendo al lado y dentro de nosotros en un estado de salud y equilibrio. Esta convivencia íntima es beneficiosa para nosotros y para ellos; hasta tal punto es así que si esterilizamos a una persona completamente padecería graves problemas de salud y moriría. Es decir, hace millones de años que en este planeta vivimos juntos todos: virus, bacterias, hongos, invertebrados, vertebrados y humanos formando una gran familia biológica. Los más antiguos y menos evolucionados son precisamente nuestros abuelos lejanos: los virus y bacterias, que fueron los primeros en colonizar el planeta; los demás llegamos después poco a poco.
Cada nuevo avance, cada paso evolutivo, cada nueva especie, era la culminación de esfuerzos y pruebas que la fuerza de la vida hacía a través de miles de años para crear seres cada vez más perfeccionados, más complejos.  Esto es así hasta el punto que las especies actuales están perfectamente adaptadas a vivir su vida completa en las condiciones actuales del planeta. Y sólo sucumben por efecto de cambios bruscos motivados por alteraciones tóxicas, depredación exagerada o hecatombes naturales no muy frecuentes como terremotos o meteoritos que chocan con el planeta.
Sin embargo, los humanos y su “tecnología” se han convertido en un elemento capaz de generar esas condiciones; y esto ha ocurrido en un corto periodo de tiempo que no ha sido suficiente para que el cuerpo humano se adapte a esas condiciones de “antivida“. Así, el humano ha sido capaz de exterminar varias especies milenarias y es una gran amenaza para las especies que sobreviven y para el mismo. Los métodos del humano para este exterminio son equivalentes a grandes catastrofes: uso de productos químicos, herbicidas, insecticidas, … que han motivado la castración química de especies milenarias que no estaban preparadas para estos venenos y han desaparecido.
La moderna tecnología y la industria del último siglo han supuesto una de las mayores hecatombes biológicas de la historia del planeta. Las aberraciones de la industria alimentaria, industria química (agroquímicos, …), biotecnología (transgénicos), la complicidad de los gobiernos con las multinacionales, la anestesia mental del “homo sapiens occidentalis“, el instinto atrofiado, el paladar tergiversado, la televisión, la alienación mental y la falta de amor. Todo ello en conjunto comporta la verdadera causa de las enfermedades en occidente. ¡Qué pena! Pues lo natural del ser humano sería estar sano, no enfermo, como están sanas todas las especies de animales del planeta que viven aún en su hábitat natural no contaminado por el humano; es decir, no me refiero a los animales que tenemos domesticados o en circos. Los animales libres en la naturaleza no sufren de obesidad, diabetes, infartos, gota, esquizofrenia, etc.

Vix Naturae Medicatrix. Hipócrates

Nosotros aún disponemos de lo que hace dos mil años Hipócrates llamó “Vix Naturae Medicatrix“, es decir, la Fuerza Vital Natural, que significa la existencia de una fuerza en el interior del cuerpo o sabiduría interna innata, que logra que nuestro ser se mantenga sano en todo momento en equilibrio con los demás seres del planeta, tanto si son visibles como microscópicos. Tal fuerza vital natural es lo que correspondería en el presente al denominado Sistema Inmunitario o Defensivo. Recordemos que Hipócrates expresó la Ley Natural Universal de auto curación con sus frases:  “La fuerza vital natural que todos llevamos dentro es lo que nos mantiene sanos“, “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento.
Si disminuimos o anulamos nuestro sistema inmunológico o fuerza vital, enfermamos y morimos prematuramente. Y esto es precisamente lo que estamos haciendo cuando comemos comestibles muertos, desnaturalizados, contaminados con productos químicos procedentes de una agricultura intensiva; igualmente, al ingerir una alimentación no apta para nuestro cuerpo no acorde con nuestra anatomía, fisiología y psicología. Desde estos tres puntos de vista, no somos carnívoros por naturaleza e incluso hay pruebas anatómicas y fisiológicas que parecen indicar que somos frugívoros.
Estamos muy lejos de la nutrición ancestral natural del ser humano. Al igual que les ha pasado a las vacas (“enfermedad de las vacas locas”) por obligarlas a comer una alimentación no fisiológica (carne y pescado, cuando realmente son vegetarianas), los humanos sufrimos de enfermedades y muerte prematura por comer algo para lo que no estamos adaptados fisiológicamente. Para mayor desgracia no combinamos bien los alimentos; es decir, infringimos la regla básica fundamental de no mezclar un hidrato de carbono o almidón con una proteína animal en una misma comida. Al no aplicar la ley de las compatibilidades se genera en el interior de nuestro cuerpo fermentaciones y putrefacciones que causan toxemia, enervación y numerosas enfermedades. Además, comemos pocos vegetales comparado a la cantidad de proteína animal que ingerimos. Recordar que nosotros somos crudívoros por naturaleza (no hemos nacido con cocinas bajo el brazo). El 75% de lo que ingerimos cada día, deberían de ser alimentos crudos.
Anulamos o disminuímos también nuestra Vix Naturae Medicatrix al respirar un aire contaminado. Además, no sabemos respirar de manera completa o integral (respiración yóguica), ni realizamos un mínimo de ejercicio: andar es de lo más natural que puede hacer el ser humano. Tampoco descansamos lo necesario y en su momento: la noche es para dormir.
Cuando construimos nuestras viviendas sobre alteraciones telúricas (fallas de terreno, venas de agua, …) o al lado de líneas de alta tensión, o incluímos en nuestras casas demasiada contaminación electromagnética, todo ello perturba nuestro sistema inmunológico y nos hace enfermar prematuramente. Los antiguos zahoríes o geomantes poseían la sabiduría de elegir dónde y cómo edificar sus viviendas. Hemos perdido esa natural esencia de saber dónde debemos habitar. Incluso existen casas “cáncer“, es decir, donde sus moradores y descendientes han sufrido cánceres a causa de su hábitat insalubre. La Medicina del Hábitat  (Radiestesia y Geobiología), imitando a los antiguos geomantes, diagnostican y tratan las alteraciones de la salud causadas por un hábitat insano.
Igualmente, el pensamiento malo o negativo, el estrés, el odio, el no saber perdonar y la falta de verdadero amor condiciona nuestra Vix Naturae Medicatrix, nos hace perder nuestra identidad biológica psicofísica que significa hoy día perder los sublimes valores que anhela toda persona: la dignidad, la libertad verdadera y la verdadera felicidad. Éstas, y no otras, son las verdaderas causas de la enfermedad, dejando aparte algunas excepciones (accidentes de tráfico, …).

La Medicina Higienista

Nosotros, en Occidente, con todos los médicos y hospitales de que disponemos estamos inmersos en multitud de enfermedades, muchas de ellas denominadas de forma vergonzosa y a la vez científica “enfermedades degenerativas de la civilización”. El médico higienista contempla una visión integral del ser humano, una perspectiva holística, es decir, ver la persona como un conjunto formado de cuerpo y alma (o espíritu) y/o mente en total armonía y en conexión sutil con el Universo. La medicina higienista recuerda a la persona que su dolencia es consecuencia de un alejamiento de las leyes naturales universales y que cuando acude a un médico alópata o naturista para obtener la prescripción de un fármaco químico o natural o un complemento dietético sin cambiar su conducta, alimentación y hábitos de vida, se está auto engañando.
El higienista basa su consulta en educar a las personas hacia una nutrición natural y fisiológica; enseña y demuestra que somos vegetarianos por naturaleza. El Higienismo se caracteriza por las dietas depurativas y los ayunos terapéuticos para disminuir la toxemia corporal acumulada a través de los años y ya desde el primer día de vida. Esto sería la base de la terapia hacia el cuerpo, aunque es posible también recetar complementos dietéticos en la línea de la medicina ortomolecular y apoyarse en terapias complementarias como la hidroterapia de colon.
Sobre la mente psique, espíritu o alma, se recuerda que existen métodos de crecimiento personal tanto en la línea oriental: yoga, zen, meditación, relajación,Vipassana, … como occidental: método Silva, el Proceso Hoffmann de la cuadrinidad, … para ayudar a gozar de verdadera paz, verdadera armonía y verdadera felicidad, para salir de la ignorancia que nos aqueja, para acercarnos a la verdadera medicina del alma: el Amor, pero no el amor egoísta individualista, interesado o mercantilizado, sino el Amor Universal.
Resumiendo, todas las religiones en su mensaje sublime proclamaban su esencia: la medicina para el cuerpo y para el alma se hallaban en la oración y el ayuno (Occidente, religión judeo-cristiana) o meditación y ayuno (Oriente, budismo, mahometismo). La oración o meditación como la medicina sublime del alma y el ayuno como la medicina sublime del cuerpo.
No hay nada nuevo bajo el Sol. No nos engañemos ni nos dejemos engañar por falsos profetas. Cuidemos nuestro cuerpo, el templo del espíritu.
Procúrate la satisfacción de matar tus vicios antes de que tus vicios te maten a ti” . Séneca.
JUAN JOSÉ NÚÑEZ GALLEGO .  Médico – Higienista . Vigo

martes, 13 de septiembre de 2016

La Higiene Vital 3

LA HIGIENE VITAL, AUTOGESTION DE LA SALUD 3

higiene vital

¿Cuáles son las medidas a tomar en caso de “enfermedad”? Si se ha comprendido bien que la principal causa de la “enfermedad” es la ENERVACION, es decir, una falta de ENERGIA VITAL, que conlleva un estado de TOXEMIA peligroso para el organismo; si se ha comprendido bien que la “enfermedad” no es de hecho más que una CRISIS DE ELIMINACION que tiene como objetivo librar al cuerpo de ese estado de toxemia inaceptable, se comprenderán los cuidados que consisten en permitir una recuperación de ENERGIA suficiente y favorecer la eliminación de toxinas. Ante todo, se trata de economizar y de crear ENERGIA VITAL, anulando el origen de la ENERVACION adoptando un modo de vida más correcto. El ahorro y la regeneración de ENERGIA VITAL se realiza sobre todo por el REPOSO:
  •  Reposo físico: disminución de todas las actividades físicas. Es durante el sueño cuando se recupera más energía.
  •  Reposo sensorial: evitar ruidos, luces molestas y todo lo que obliga a los órganos de los sentidos a estar en estado de alerta.
  •  Reposo emocional: las emociones gastan una gran cantidad de energía; evitar los pensamientos o influencias negativas; cultivar la calma y la serenidad.
  •  Reposo mental: las actividades cerebrales e intelectuales requieren un consumo enorme de energía; la regla de oro es no preocuparse por nada.
  • Reposo fisiológico: la digestión de la comida, la asimilación de los alimentos y, luego, la evacuación de los desechos requieren un gran gasto energético. Es necesario cuidarse bien de que la alimentación sea extremadamente reducida, frugal y sencilla, respetando las combinaciones alimentarias. En caso de crisis aguda, un ayuno de agua, de zumos o caldos por poco tiempo (uno a tres días) es indispensable. El ayuno está considerado como la mejor terapia contra la enfermedad por todas las medicinas, culturas y religiones antiguas; prestigiosos médicos y clínicas de todo el mundo lo recomiendan y lo utilizan como terapia. Los ayunos más largos sólo se realizarán con una preparación previa, fisiológica y psicológica, y con un entorno y asesoramiento adecuados. La vuelta a la salud implica también utilizar correctamente los factores de salud: exponer la piel al sol y al aire sin exageraciones. La higiene general es suficiente: el aseo permite al cuerpo actuar más eficazmente. El agua pura (sin cloro) basta casi siempre para una limpieza indispensable sin la necesidad de los jabones (que destruyen el manto ácido protector de la piel). No se trata de luchar contra los microbios, con los cuales debemos vivir en simbiosis; incluso, a veces, son imprescindibles como es el caso de la flora intestinal natural del intestino, formada por miles de millones de microbios, y que por norma general, en el occidental “civilizado” se halla destruida por la alimentación industrializada, contaminada y antifisiológica, así como por las putrefacciones y fermentaciones surgidas a raíz de no respetar la importantísima ley de las compatibilidades alimentarias. Nuestro entorno tiene una importancia enorme en el mantenimiento y en la restauración de la salud. Insistir en la nocividad de las poluciones actuales:
  •  La atmosférica, que afecta sobre todo a ciudades y áreas industriales, pero también al campo (lluvias ácidas, …);
  •  La polución de las aguas, contaminadas por residuos altamente tóxicos (industrias, agricultura convencional química, metales pesados como el mercurio procedente de las pilas, …), o “tratadas” con cloro, radiaciones, …
  • La radiación artificial (líneas de alta tensión, exceso de contaminación electromagnética en nuestras casas, …). Las viviendas “modernas” son a menudo insalubres (contrarias a la vida) debido a los materiales insanos que intervienen en la construcción, así como a las anomalías telúricas del subsuelo donde están construidas (venas de agua, fallas geológicas, …). La radiación y estas anomalías provocan enfermedades leves, pero también graves si estamos expuestos a ellas mucho tiempo (anomalías hereditarias, leucemias, cánceres, …). Se incluyen igualmente los exámenes radiológicos y la medicina nuclear (que podemos evitar). La búsqueda de una inmunidad artificial (vacunas) presenta unos riesgos, a veces muy graves, que hasta ahora se han podido ocultar por el poder de los laboratorios. Todos los fármacos químicos presentan una toxicidad inherente; lo peor es su uso desmesurado. Por último, el verdadero equilibrio físico, fisiológico, mental y espiritual no puede lograrse sin el abandono de las drogas (legales o no); los estragos causados en las personas por el alcohol y el tabaco son conocidos por una minoría, pero la mayoría no cree en esto y, además, se ha vuelto demasiado pasiva para liberarse de los hábitos más nocivos. Esta ignorancia y esta pasividad son cuidadosamente mantenidas por aquellos que conocen mejor sus peligros, es decir, aquellos que sacan provecho de ellas: los fabricantes y los gobiernos. ¿Qué hacer ante tales poluciones?
  •  Realizar denuncias (presión a la administración).
  •  Informarse de la verdadera dimensión de estos peligros en medios de prensa no contaminados, como revistas ( “GALICIA VERDE”, “CURARSE EN SALUD”, “INTEGRAL”, “CUERPO-MENTE”), programas (“SENDA VERDE”, documentales sobre Naturaleza), libros (ver bibliografía).
  •  Adherirse a asociaciones ecologistas, de salud integral natural ( “Club GALICIA VERDE”, ” SENDA VERDE”, ” ASOCIACION DE LA HIGIENE VITAL”, …).
  • Son cada vez más las personas que se cuestionan una vuelta a la vida en el campo, o, al menos, un mayor contacto con la Naturaleza: una segunda casa en el rural, excursiones al campo de fines de semana, senderismo, … Evitar residir en zonas muy contaminadas (industrias, centro de las ciudades,…).
  • No ingerir agua clorada (traídas de villas y aldeas).
  •  Fomentar la agricultura ecológica comprando alimentos biológicos (¡exigirlos!). Anular al máximo la polución electromagnética en las viviendas (“tomas de tierra” adecuadas, …), pidiendo asesoramiento a un experto en geobiología si sospechamos de ello o de anomalías telúricas. En muchos casos de insomnio, dolores de cabeza, cansancio matinal, … es suficiente desplazar la cama 1 metro, o dormir en otra cama o habitación para solucionar el problema. No dejarse hacer exploraciones radiológicas de “control”. ¡Mucho cuidado con las campañas de vacunación masivas, donde se ha demostrado la prioridad de los intereses económicos sobre el concepto de Salud Integral! ¡No caer en la inercia de ingerir fármacos impuesta por los imperativos consumistas de las multinacionales hacia los médicos! Para poder contrarrestar mejor la polución impuesta por el estamento establecido, es necesario fomentar nuestro equilibrio mental. Para ello es importante cuestionarse técnicas y terapias que cada vez son más conocidas y practicadas: el Yoga, cursos de control mental (método Silva, método Schultz, …); aprendizaje y terapia con la respiración integral fisiológica (la mente y la respiración están en íntima relación). En resumen ante una crisis de la mal denominada “enfermedad”, ante todo debemos entenderla como un mecanismo de eliminación de toxinas, hacia lo cual debemos responder como hacen todos los demás animales del planeta: darle al propio “poder de auto-curación” que todos disponemos la oportunidad de realizar su función de limpieza interna, siendo básico el REPOSO físico y digestivo (ayuno, semiayuno ó dieta muy frugal). Si utilizamos fármacos cortamos la referida “eliminación de toxinas”, aparentemente surge la “curación”, pero seguimos acumulando TOXEMIA interna que es a mediano o largo plazo la verdadera causa de la ingente disminución en la calidad de vida y de la muerte prematura. Es necesario olvidar casi todo lo que la “cultura” nos ha metido en la cabeza, es decir, todo lo que nos condiciona. Hay que lograr la autosuficiencia a todos los niveles, sin depender de “especialistas”. Hay una Ley Natural Universal que rige la Vida desde la noche de los tiempos: está representada por la Naturaleza, y a ésta no se la puede engañar … o nos pasará factura.
BIBLIOGRAFIA:
  •  LA ANTIDIETA (Edit. Urano).
  •  VIDA SANA (Edit. Martínez Roca).
  •  NUESTRO FUTURO ROBADO (Edit. Ecoespaña).
  •  VIVIR EN CASA SANA (Edit. Martínez Roca)
Juan José Núñez Gallego . Médico e Higienista . Vigo

La Higiene Vital 2

LA HIGIENE VITAL, AUTOGESTION DE LA SALUD 2

higiene vital
En el anterior artículo analizamos que el poder de curación es una manifestación de la ENERGÍA VITAL inherente al propio organismo. El cuerpo humano es un conjunto de órganos agrupados en aparatos o sistemas. Los órganos están formados por tejidos y éstos por células. El número de células humanas se cifra en 100 cuatrillones que se renuevan al ritmo de 50 millones por segundo. Las células son la unidad de vida más pequeña y poseen su propia vida, como ocurre en los animales unicelulares: absorben oxígeno y alimentos (minerales, glucosa, lípidos,…) que reciben por la sangre y la linfa, respiran, se multiplican, consumen y producen energía, producen desechos tóxicos (que por eso se llaman “toxinas”) que se eliminan.
Estos desechos deben obligatoriamente ser excretados fuera de la célula, y a través de la sangre y la linfa llegan a los órganos excretores (hígado, riñones,…) que los expulsan fuera del organismo con la orina, sudor, heces,… El papel de cada célula es realizar su propio ciclo de vida, con la condición de que su medio de vida sea favorable.
Se ha demostrado científicamente en laboratorio que las células animales viven poco con un aporte nutritivo deficiente en un medio contaminado o no renovado, pero se las puede mantener en vida por larguísimo tiempo y oponerse a su envejecimiento si se renueva regularmente el medio nutritivo de manera que elimine los desechos o toxinas provenientes del propio metabolismo de la vida de las células. Esta experiencia muestra el papel importante de las toxinas cuando no pueden eliminarse ya que contaminan su medio ambiente, y entonces, las células, obligadas a vivir en un medio tóxico se alteran, degeneran y mueren. Es decir, si las condiciones ambientales son perfectas, las células pueden renovarse muchas veces y no hay degeneración. Esta idea se puede aplicar en el cuerpo humano para evitar el envejecimiento precoz, promover el rejuvenecimiento del organismo y prevenir enfermedades. La intoxicación del medio de vida de nuestras células se llama TOXEMIA que puede ser interna, o sea, proveniente del metabolismo normal de las células (no son capaces de expulsar sus propios desechos tóxicos o toxinas), o de origen externo. Muchos productos externos al organismo pueden intoxicar la sangre y la linfa y llegar a las células: – Polución química atmosférica con millares de venenos nocivos. – Productos tóxicos como alcohol, tabaco, café, drogas, fármacos y vacunas. – Carnes y pescados que, aparte de sus sustancias nocivas propias (tomaínas,…), contienen contaminantes externos (tóxicos atmosféricos, química de la agricultura convencional,…) y añadidos (antibióticos, clembuterol, fármacos, vacunas).- Las malas combinaciones alimentarias, que originan fermentaciones y putrefacciones intestinales, que a su vez dan origen a desechos metabólicos anormales tóxicos que pasan a la sangre y al cuerpo. – Los venenos utilizados por la agricultura convencional ( abonos químicos, pesticidas, …) los cuales matan la tierra y pasan a los humanos. – Los aditivos químicos empleados en la industria alimenticia que desnaturaliza y degenera los alimentos hasta convertirlos en comestibles muertos: conservantes, colorantes, … ( varios son cancerígenos).- Mención especial para la maligna energía nuclear y la ingeniería genética en alimentos transgénicos que puede llevar a la “civilización” a un holocausto genético. Una toxemia normal puede ser eliminada sin dificultad por los órganos previstos para ello con la condición de disponer de una ENERGÍA VITAL suficiente. Esta es imprescindible para asegurar el buen funcionamiento de la nutrición y expulsión de toxinas de cada célula y nuestro cuerpo en general. Nuestro organismo será fuerte o débil según la cantidad de ENERGÍA VITAL disponible a cada instante. Puede ocurrir que sea insuficiente para asegurar el funcionamiento normal de todas las funciones vitales del cuerpo y, al mismo tiempo, hacer frente a situaciones anormales ( frío o calor excesivo, tensiones físicas o psíquicas excesivas, …); entonces se llega a un estado de reducción de la ENERGÍA VITAL llamado ENERVACIÓN. Esta proviene siempre de un modo de vida antifisiológico, en contradicción con las leyes naturales que rigen nuestra vida. Su consecuencia inmediata es la disminución de las funciones vitales del organismo, sobre todo la FUNCIÓN DE ELIMINACIÓN de desechos tóxicos internos y toxinas externas. Entonces, la cantidad de toxinas el interior del organismo aumenta. Sin embargo, nuestra INTELIGENCIA BIOLÓGICA INTERNA no admite que las funciones capitales disminuyan más allá de un cierto grado. Las toxinas no eliminadas pueden aumentar hasta un cierto nivel, pero no mas; a este nivel se le llama umbral de tolerancia toxínica; más allá de él se produciría un envenenamiento que provocaría la destrucción de las células. Si el estado de enervación es temporal se producen compensaciones entre órganos; por ejemplo, la piel puede aumentar su excreción de sudor para ayudar al trabajo de los riñones en la expulsión de toxinas. Pero si la persona sigue con sus malos hábitos de vida que han originado la enervación, la posibilidad de compensar disminuye. Para no sobrepasar el peligroso umbral de tolerancia toxínica el cuerpo moviliza entonces toda la energía de que dispone, “retirando” la energía que se destina normalmente a funciones no vitales, y es por esta razón que se producen síntomas comunes como sensación de fatiga, pérdida del apetito (la función digestiva consume muchísima energía ), estreñimiento, … ahorrando esa energía que será utilizada en las FUNCIONES DE ELIMINACIÓN, y para centrarse todo el cuerpo en esto provoca lo que se llama una CRISIS DE ELIMINACIÓN, que viene a ser lo que los médicos llamamos ENFERMEDAD. Por tanto, la enfermedad es una acción espontánea instintiva del organismo para deshacerse de su toxemia a través de los órganos adaptados para ello (riñones, intestino, piel, hígado, mucosas). La crisis de desintoxicación son los síntomas comunes que conocemos: resfriados, expulsión de flemas, erupciones cutáneas, inflamaciones de mucosas ( faringitis, bronquitis, sinusitis, amigdalitis, …), caspa, seborrea, tos, fiebre ( que es muy benéfica), … La enfermedad aguda es un fenómeno natural y benéfico, cuyo fin es el restablecer el equilibrio de las funciones vitales, por medio de una autolimpieza del organismo que rebaja la toxemia a un nivel tolerable. Sin embargo, la reacción habitual es suprimir esos síntomas. Así, nos oponemos al esfuerzo del organismo para eliminar un estado toxémico que tendía a volverse peligroso. Y si el esfuerzo natural de desintoxicación está impedido, el cuerpo está obligado a “arreglarse” con la toxemia; entonces se llega a la ENFERMEDAD CRÓNICA: enfermedades degenerativas crónicas (diabetes, artrosis, cirrosis, gota, hipertensión, caries, …), ulceraciones, cáncer, trastornos mentales, … todas las cuales no se deben a los microbios y no se dan en ningún animal del planeta que viva en libertad ni en los pueblos ” marginales” aislados de la “civilización”. Con los tratamientos supresores de los síntomas, al cortar la crisis aguda, lo que hacemos es obligar al organismo a admitir y vivir con más toxinas, creando un medio celular más tóxico, lo que a mediano o largo plazo causará una degeneración de las células y del cuerpo. El que los síntomas desaparezcan se debe al aumento del umbral de tolerancia toxínica (ordenado por la FUERZA CURATIVA NATURAL propia del organismo) que sobrepasa el nivel de toxemia. Por tanto, la enfermedad crónica es incompatible con el estado de salud y peligrosa para el organismo que corre el riesgo de destruirse y morir. Como el enfermo sigue con su modo de vida insano, la toxemia continua aumentando y vuelve a sobrepasar el nuevo umbral de tolerancia, y el estado de enervación sigue. El cuerpo provoca entonces mini-crisis de desintoxicación para bajar la toxemia un poco por debajo del nuevo umbral de tolerancia admitido (que ya es demasiado elevado y tendría que estar en un nivel muchísimo más bajo). Al no comprender que el papel de la “enfermedad” es el de disminuir la toxemia, habrá recaídas y supresiones sucesivas de los síntomas hasta que el organismo no pueda variar ya más su umbral de tolerancia toxínica; entonces, el medio celular se hace muy insuficiente para el buen funcionamiento de las células, y el cuerpo va decayendo en lo que se llama enfermedad crónica primero, y luego en la enfermedad degenerativa, con deterioro de tejidos, órganos y aparatos (o sistemas) y al final se llega a un decaimiento generalizado que da lugar a la muerte prematura. Pero este proceso no es irreversible, sea cual sea la fase en la que esté el enfermo. La evolución fatal se puede generalmente evitar con la condición de que la situación de enervación persistente sea aminorizada y, si es posible, parada. Es necesario comprender bien esta idea; cuando la ENERGÍA VITAL se regenera, nuestra INTELIGENCIA BIOLÓGICA INTERNA (que representa a la FUERZA VITAL) dedica ese acrecentamiento de la ENERGÍA (energía extra, causada por la disminución de la enervación) a utilizarla en la importantísima FUNCIÓN DE ELIMINACIÓN ( de desechos y tóxicos) provocando un descenso rápido del umbral de tolerancia toxínica, que dará lugar a una crisis de desintoxicación. Es necesario comprender bien que la vuelta a la salud pasa obligatoriamente por estas crisis de desintoxicación, es decir, por un recrudecimiento de los síntomas de la enfermedad. En el próximo número finalizaremos este artículo comentando las medidas a tomar en caso de “enfermedad”.
Juan José Núñez Gallego . Médico e Higienista . Vigo

La Higiene Vital 1


LA HIGIENE VITAL, AUTOGESTION DE LA SALUD 1


higiene vital

El fin de este artículo no es dar técnicas o remedios que, sin esfuerzo, acaben con todos los problemas de salud originados por un modo de vida inadecuado, sino en hacer reflexiones sobre la salud y la enfermedad y hacer ver que ellas no son producto de la casualidad, de la buena o mala suerte, sino que dependen de nuestra elección sobre una manera de vivir. Ningún fármaco, remedio, técnica o persona es capaz de “dar” la salud a alguien. La salud se construye y se merece.
La Higiene Vital enseña el arte de vivir que permite gozar de un gran vigor físico y mental, y esta idea tiene un aval científico y medios incuestionables. El principio básico es que la enfermedad se cura por las propias fuerzas naturales del cuerpo (la “VIX NATURAE MEDICATRIX” que decían los antiguos). Hipócrates, el padre de las medicinas antiguas y moderna, lo matizó: “La Medicina es el arte de restablecer el equilibrio en el organismo. Se tiene que limitar a favorecer los esfuerzos de la Naturaleza que tienden al restablecimiento de la salud. La Naturaleza tiene el poder de restablecerla sin ninguna ayuda ajena”. ¡Cuánto se han alejado las medicinas actuales de este principio!
Muchos médicos e investigadores han demostrado que lo que llamamos “enfermar” no es más que la expresión de una sola y única enfermedad producida por una sola y única causa: el alejamiento de la Naturaleza mediante la vida antinatural que hemos escogido (o nos han obligado a escoger): alimentación irracional y contaminada, aire insano, actitud mental negativa, … Lo primero es perder la “fe ciega” que tenemos en cualquier forma de “cura” o “tratamiento”. Lo importante es no dejar en manos de cualquiera esta fortuna que tenemos, la salud. Un gran sabio comentó: “La salud es algo demasiado serio como para dejarla en manos de especialistas”.
Es necesario aprender a hacernos cargo, a tener responsabilidad, de nuestra propia vida. La salud vendida en píldoras (naturales o químicas) tiene más éxito y es más fácil que buscar y anular las verdaderas causas de la enfermedad.
Basta tragar el remedio que, como máximo, sólo suprime los síntomas; si luego aparecen efectos secundarios o nuevos problemas no hay que preocuparse ya que la “ciencia” descubrirá nuevos remedios a los nuevos males. Para la O.M.S. la salud es “un estado de equilibrio ABSOLUTO en el cual TODAS las facultades físicas, mentales y espirituales se desarrollan armoniosamente en grado ÓPTIMO”. Según esta definición muy pocas personas están sanas. La salud es el ESTADO NORMAL de los seres vivos. Es una consmcuencia de la propia resistencia natural de nuestro cuerpo a todas las agresiones.
Todos los seres vivos, y el ser humano en particular, están construidos de tal manera que no necesitan de intervenciones artificiales supuestamente imprescindibles para mantener la salud: fármacos y vitaminas sintéticos, hormonas, vacunas, tratamientos diversos, … Pero es difícil asimilar este concepto de salud, porque molesta, pues nos recuerda nuestros “pecados” (hábitos antinaturales) y, además, perjudica a intereses comerciales. Cada ser vivo es regido ya desde el origen de la vida por leyes naturales universales que si se respetan dan como resultado el estado de SALUD perfecto. Todos los animales del planeta (en su hábitat natural) se someten por instinto a esas leyes biológicas. Sólo hay desgracias cuando se trata de los humanos. En todo el planeta, sólo nosotros hemos sido dotados de la facultad del “libre albedrío”, pero no hemos hecho buen uso de él y, al contrario de todos los otros seres vivos, nos negamos a adoptar una conducta de vida en armonía con estas leyes. Como consecuencia surge un decaimiento de la salud y una degeneración que se transmitirán luego a los descendientes, total o parcialmente.
La vuelta a un modo de vida más natural puede parar esta involución y, en casi todos los casos, permitir la vuelta a un estado de salud. Por tanto, la salud y enfermedad son una elección posible para nosotros, aunque hay que reconocer que el hombre “moderno” no está en condiciones de elegir ya que su INTUICIÓN se ha degradado al alejarse de la Naturaleza y ya no vale como una guía segura para indicarle el camino que debe tomar; además, está condicionado por una educación basada en una enseñanza errónea de las causas de la enfermedad y por el modo de vida mecanizado impuesto por una sociedad gobernada por valores negativos (consumir, competir, afán de lucro).
Todo ello hace que practiquemos actividades contrarias a la salud y favorables a los intereses político-económicos. A la siguiente generación no le permitiremos lograr el estado de salud integral por la desastrosa carga hereditaria que le transmitiremos. Sin embargo, la aplicación correcta de los principios de la H.V. será, incluso en este caso, muy positivo.
La H.V. consiste en utilizar los factores naturales de manera intuitiva o de manera lógica cuando la intuición ha sido destruida por la vida insana: nutrición natural, ayuno, aire y agua puros, sol, ejercicio, reposo, equilibrio mental; alguna medicina natural podría ser usada en ciertos casos como ayuda complementaria (plantas, arcilla, …), aunque hay que precisar que no son los remedios naturales los que curan, sino que el organismo, y sólo él, es capaz, sin ayuda, de recobrar la salud perdida cuando se le deja la posibilidad, e incluso sin ella como ocurre muchas veces debido a la ya referida VIX NATURAE MEDICATRIX (o FUERZA VITAL) del propio cuerpo, el cual, cuando se siente muy intoxicado, origina una crisis de depuración y factores especiales de carácter “urgente” para recobrar la salud que nosotros confundimos con “enfermedad” (diarrea, fiebre, supuraciones, catarros, úlceras, …) (Sobre esto trataremos en el próximo artículo). Es esa FUERZA VITAL lapque obra constantemente para mantener el equilibrio vital, es decir, la SALUD. El poder de curación es propio de todos los seres vivos del planeta mientras las condiciones de vida sean normales y correctas: así ocurre en todos, excepto en el mal llamado “homo sapiens”. Esto es un esbozo de H. V. En realidad, se trata de un modo de vida muy sencillo para quien quiera hacer el esfuerzo de deshacerse de falsos conceptos que nos han ido inculcando desde la niñez.

Terapeúticas no oficiales en España desde los años 70

LAS TERAPÉUTICAS NO OFICIALES EN ESPAÑA DESDE LOS AÑOS SETENTA
(experiencia vivencial) Pedro Ródenas (Médico Naturista)

Creo necesario, antes de hablar como se me ha pedido de mi experiencia personal en relación a las llamadas “terapias naturales o no oficiales”, clarificar una serie de conceptos que considero básicos. Podemos ponernos de acuerdo en la idea de que medicina sólo hay una, la que sana al paciente. Lo que en realidad existen son diferentes criterios u opciones médicas que tienen que ver con las distintas culturas o formas de entender la vida, el ser humano, el origen de la enfermedad, el diagnóstico y, por tanto, el tratamiento. Así por ejemplo, en Oriente existe la medicina tradicional china o la medicina ayurvédica entre otras; en Europa, además de la medicina considerada hoy en día oficial, nace la homeopatía, la medicina antroposófica, y la medicina naturista (denominada también neohipocrática, porque recupera conceptos hipocráticos olvidados); en el continente americano encontramos la medicina andina, etc.

Todas estas formas de medicina, muchas de ellas tradicionales, de una u otra manera ayudan a recuperar la salud de los pacientes. Probablemente en el futuro hablemos de una medicina integral o integrativa, como ya se hace en algunos colectivos, que aproveche lo mejor de cada una para cada enfermo en cada momento concreto. Es importante destacar que el concepto de terapia es distinto al de medicina. Terapias son los recursos o remedios que utiliza cada medicina u opción médica para conseguir los resultados perseguidos (dietética, fitoterapia, hidroterapia, terapias manuales o del movimiento, farmacología, fisioterapia, psicoterapia…).

 Frecuentemente estos recursos o terapias son comunes pero se utilizan con criterios diferentes. Por ejemplo, la dietética occidental se rige por patrones distintos a la dietética oriental (criterios de ying-yang, calor-frío), lo mismo ocurre con la fitoterapia naturista y la fitoterapia china. Es un error muy común confundir la acupuntura con una medicina, cuando en realidad es una terapia de las muchas que utiliza la medicina tradicional china. Esto se debe en parte a que muchos profesionales practican esta terapia denominándose de forma general acupuntores. Personalmente prefiero hablar de medicinas no convencionales más que de terapias naturales.

 Dentro de las medicinas no convencionales el protagonismo del repaso de estos años lo va a tener la medicina naturista que es la que practico y en la que me he formado, sin renunciar por ello a comentar todos mis contactos y encuentros con homeópatas y acupuntores, compañeros de esta travesía hasta hace poco marginal.

 AÑOS SESENTA. EL DESPERTAR Nacer en 1955 con un padre anarco-naturista es todo un atrevimiento, involuntario claro. En cuestiones de alimentación siempre fuimos a contracorriente. La verdad es que ser vegetariano dando la nota en la escuela y en el instituto no me causó ningún trauma. Quizás porque al gustarme el deporte y el estudio y mantener un buen nivel los compañeros me respetaban. Eso si, era inevitable dar explicaciones cada vez que comíamos en grupo. Esto hizo que tuviese la necesidad de documentarme constantemente con preguntas y lecturas, y de algún modo encontrar respuestas que reafirmaran las ideas sobre la manera de vivir que me habían inculcado.

Desde los diez años los fines de semana los compartía con compañeros de mi edad que acudían también con sus padres a la Sociedad Vegetariana de Barcelona. Allí se hablaba fundamentalmente de dieta y salud, no en vano la mayoría de los adultos que allí se encontraban, incluido mi padre, eran enfermos que habían encontrado remedio a sus males con la dieta vegetariana. De este ambiente me nutría para encontrar argumentos que justificaran mi comportamiento, no sólo dietético, sino también de respeto a la naturaleza.

 Hacia los catorce años mis padres pasaron a ser los conserjes de los terrenos que la Sociedad Vegetariana de Barcelona tenía en Gava. Esto significaba vivir en el campo, tener obligaciones los fines de semana con todos los socios que acudían a pasar el día en pleno bosque, y tener la oportunidad de conocer y contactar en vivo y en directo con naturópatas (no médicos) y médicos naturistas de la época. En la infancia, cuando surgía algún problema de salud, me atendía el profesor Manuel Cervera, naturópata de reconocido prestigio en Barcelona. Más adelante, mientras estudiaba medicina, tuve la ocasión de pasar un tiempo con el haciendo prácticas. El profesor Nicolás Capo acudía frecuentemente con su séquito de seguidores a hacer paellas que competían con las que hacíamos cada domingo en Gava, y aprovechaba para hacer sus charlas sobre salud. También venia a dar conferencias el profesor José Castro, quien incluso se quedaba a dormir en casa y nos regalaba todos los libros que publicaba. El fue quien trató a mi padre antes de que yo naciera y el causante de que se hiciera vegetariano. Otros naturópatas que acudían a la sociedad u eran socios de ella, como Domingo Bellsolà, fundador de los laboratorios de productos naturales Bellsolà, formaban parte de los 2 profesionales de la salud no médicos que difundían sus “credos” sobre como mantenerse sano.

Tenía entonces a mi alcance revistas como “Regenérate o Cúrate” que publicaba Nicolás Capo, defendiendo los alimentos crudos y las curas de limones, ajo, cebolla…, “Consejos para vivir en salud” de editorial Cedel y que dirigía el naturista Oriol Ávila difusor también del nudismo, las revistas de las sociedades vegetarianas, la revista “Estudios” de tendencias ácratas y naturistas donde escribían médicos como Remartinez, Isaac Puente… o los “Cuadernos de Bionomía” dirigidos por el doctor Palafox y orientados a profesionales de la salud, etc. Aunque no leía mucho al margen de mis obligaciones estudiantiles, tenía devoción por libros que reivindicaran conceptos y vidas marginales en el campo de la salud. Subrayaba con lápiz casi todas las páginas del libro del chileno Manuel Lezaeta Acharan “Medicina Natural al alcance de todos”, en donde el autor hablaba de su teoría térmica de la salud y que estaba repleto de cartas de agradecimiento de personas que se habían curado gracias a sus consejos. Me fascinaba también su enfrentamiento (él era abogado) ante el poder médico de la época que le llevó a los tribunales acusándole de curar sin ser médico, juicio que ganó.

 Esta situación de luchas entre naturópatas (profesionales no médicos) y médicos, especialmente naturistas, aún permanece hoy en día. La batalla contra el intrusismo es una bandera que todavía ondea, olvidando, según mi criterio, que los avances en el campo de la medicina, y fundamentalmente en el de la medicina naturista, se han producido gracias a pacientes que al no haber podido resolver sus problemas con los recursos que se les ofrecían, investigaron por su cuenta y contribuyeron a aportar soluciones para conseguir una buena salud. Por este motivo me encantaba el libro “La salud por la naturaleza”, escrito por el hijo de Manuel Lezaeta, en el que se detallaban las biografías de personas como Priessnitz (precursor de la hidroterapia) Kneipp, Rikli, Kuhne… que superaron sus enfermedades cuando ya habían sido prácticamente desahuciados.

 Esta lectura, mi experiencia como paciente, y mi convivencia con naturópatas, me hizo asumir, ya en mi adolescencia, que la salud no es patrimonio de ningún colectivo sanitario, sino el resultado de la vocación y del conocimiento de la práctica de hábitos saludables. Estaba, y estoy, totalmente de acuerdo con el comentario que me hizo el doctor Pedro Silva discípulo de Lezaeta, al explicarle que un prestigioso médico naturista español se refería de forma despectiva al libro de Lezaeta denominándolo “Medicina natural al alcance de tontos”. ¡Estupendo!, me dijo, ¡qué mejor logro puede existir para la medicina que el de conseguir llevar la salud al alcance de todos, incluidos  los que tienen más limitaciones! Sigo pensando que es más intruso un médico que sin formación naturista se llama médico naturista para captar nuevos pacientes, que un no médico que se ha formado en criterio naturista responsablemente.

 Para mi, lo punible, es que alguien se haga pasar por lo que no es, haciéndose llamar doctor sin serlo, inventándose números de colegiado, denominándose naturista sin tener conocimientos de ello, etc. El paciente debe tener el derecho y la libertad de elegir quien le atiende, sea un curandero o un médico, pero siempre conociendo su verdadera formación y asumiendo la responsabilidad de su elección. Por eso es necesaria una regulación de estas opciones médicas y terapias.

 AÑOS SETENTA. LOS PRIMEROS PASOS Todas estas reflexiones me llevaron a tomar la decisión de convertirme con el tiempo en médico naturista, pasando por la Facultad de medicina y obteniendo la mejor preparación posible en criterio naturista fuera de ella. Por eso a las anteriores lecturas, a las que había añadido libros de contenido filosófico práctico como “El problema vital” de Carlos Brandt o “La moral universal” de Deshumbert, se unieron títulos como “Iridodiagnosis” del doctor Vicente Ferrándiz, “Cocina dietética” del doctor Bircher Benner, “Método de hidroterapia” de Sebastián Knneip, “Hacia la sabiduría médica”, “Conceptos fundamentales de hidroterapia” y “Alimentación de los enfermos con fiebre” del doctor Ruiz Ibarra etc, sin haber dejado nunca de consultar “La guía médica del hogar” del profesor Vander, donde los gráficos y esquemas daban vida a una didáctica explicación de cada enfermedad y a su tratamiento con dieta, fitoterapia, hidroterapia, etc.

 En junio de 1972, con 16 años, mi trabajo de final de curso de COU expresa mi voluntad de dar respuesta a todas aquellas preguntas que por marginal había recibido hasta entonces. “¡Mortales! La naturaleza os reclama., ¡volved a ella!” es un diálogo entre dos personas, donde una de ellas defiende sus posturas ante preguntas relacionadas con la alimentación la salud y la medicina, reforzando sus afirmaciones con frases y aforismos de personajes como Pitágoras, Leonardo Da Vinci, Newton, Voltaire, Edison... En ese año, y a esa edad, entre en la facultad de medicina de Barcelona para formarme como médico y de alguna manera conseguir la licencia para ejercer en un futuro la medicina naturista sin problemas legales ni de marginalidad.

 Es una curiosa experiencia escuchar y aprender materias apasionantes como la anatomía y la fisiología humana, junto a asignaturas como la farmacología a las que uno miraba con escepticismo por toda la iatrogenia que comportaban. Aunque internamente discrepaba  en muchas ocasiones, evitaba hacer comentarios incluso con los compañeros, puesto que el objetivo del “estudio” era y sigue siendo repetir lo mejor posible lo que los profesores te enseñan, más que cuestionar los contenidos recibidos. Y yo ante todo quería licenciarme

. Paralelamente, durante toda esta época, además de trabajar para pagarme los estudios, no deje escapar todas las oportunidades que tenía para reforzar mi criterio y formación naturista. En ese momento había muy pocas escuelas, que por supuesto estaban dentro de una iniciativa privada, que ofrecieran formación en medicinas no convencionales. Eran los primeros cursos de naturismo, medicina tradicional china y homeopatía. Como según mi criterio no me parecían suficientemente atractivos, busque otras vías de formación.

 En Barcelona los médicos naturistas más destacados y conocidos eran el doctor Honorio Gimeno, el doctor Vicente Ferrandiz y el doctor Circuns Espelt. El doctor Honorio Gimeno tenía en Sant Just Desvern la única clínica naturista que he conocido en nuestro país donde se trataban todo tipo de patologías, y no únicamente las relacionadas con la estética o las curas depurativas. A raíz de una fiebre que no acababa de remitir tuve “la suerte” de estar ingresado en ella. Allí, además de solucionar mi problema y vivir mi primera experiencia con el ayuno, vi asombrado las telas de las envolturas de agua fría que se coloreaban de amarillo después de aplicarlas en un enfermo con insuficiencia renal, fruto de la excreción de toxinas a través de los poros de la piel. Fue el descubrimiento del tercer riñón que la medicina naturista utiliza de forma vicariante en estos pacientes. Además de conversar con pacientes y ver sus progresos, en dos semanas viví la hidroterapia práctica incluso en mis carnes.

 Unos años después el doctor Gimeno organizó un curso de medicina naturista en la Sociedad Vegetariana de Barcelona al que asistí y del que todavía conservo todos los apuntes. Recuerdo que nos hizo aprender el juramento hipocrático de memoria, hecho que curiosamente durante toda la carrera de medicina no sucedió. Para mi era muy estimulante ir encontrado sustento teórico y práctico que alimentara mi criterio naturista. Con el doctor Vicente Ferrándiz tuve también una experiencia personal y otra formativa. A raíz de una opresión que sentía en la zona precordial me diagnosticaron pericarditis, lo que preocupo de forma alarmante a mis padres. Fueron a consultar al doctor Ferrándiz, y tras un breve examen del iris y una percusión abdominal, les tranquilizó diciendo que tan solo se trataba de gases que elevaban el diafragma y comprimían la zona cordial (síndrome gastrocardiaco). Efectivamente, con unas plantas carminativas y una masticación más tranquila el problema se resolvió. Un argumento más para consolidar mi vocación.

No todo el mundo tenía entonces el poder adquisitivo para ir regularmente a un médico privado, y el doctor Ferrándiz, que no era de los baratos, lo sabía. Por este motivo organizaba todos los jueves por la tarde una especie de consulta para “pobres”. Los asistentes acudían a la sala de conferencias de su consulta y dejaban sobre la mesa un papel anónimo explicando su problema de salud. A continuación llegaba el doctor Ferrándiz y leyendo en voz alta cada una de las consultas daba consejos para solucionar cada caso. Durante unos cuantos meses acudí allí a tomar nota en mi agenda terapéutica y a aumentar mí formación naturista.

 Posteriormente hice el curso de quiromasaje en la escuela de Ferrándiz y trabajé de masajista un par de años hasta acabar la carrera. Hacia 1975 coincidimos un grupo de estudiantes de medicina interesados en profundizar en la medicina naturista. Nos encontrábamos periódicamente en casa del amigo Germen Zamorano, que disponía de la biblioteca más completa de naturismo y anarquismo que conocíamos, y allí empezamos a leer y reflexionar sobre el libro “Curso de medicina natural en 40 lecciones” del doctor Eduardo Alfonso. Un excelente libro.

 A los pocos meses tuvimos que trasladarnos de lugar de reunión porque la afluencia de compañeros estudiantes inquietos en conocer otras opciones médicas y otras opciones sociales y de vida, requerían mayor espacio. Algunos ya se estaban formando en medicina tradicional china y homeopatía, pues ya existían las primeras escuelas con ofertas interesantes; otros procedían del campo de la filosofía, o simplemente eran jóvenes con inquietudes sociales, tan propias la época de transición política que empezábamos a vivir. Todo esto hizo que los debates, por supuesto interesantísimos, nos desviaran de nuestro objetivo inicial que era el estudio de la medicina naturista.

 Por este motivo, al cabo de un año de esta enriquecedora experiencia volvimos al núcleo de inicio. Justo en ese momento, hacia 1977 recién fallecido el profesor Nicolás Capo, se nos ofreció al “colectivo Germen”, como se nos denominaba en referencia a nuestro anfitrión Germen, el colaborar en su revista “Cúrate” para actualizarla. Contribuimos en dos números con artículos sobre salud y naturismo. Coincidió también que nuestro compañero de la Sociedad Vegetariana, ya médico, Frederic Vinyes, que estaba haciendo prácticas y formación de medicina naturista en Alemania, nos traía revistas de ese país, lo que nos despertó el interés de, en lugar de colaborar en alguna revista que en algunos aspectos nos parecía radical, hacer nosotros nuestra propia revista. Así fue como los seis estudiantes de medicina que formábamos el “colectivo Germen” (Daniel Bonet, Santi Giol, Joaquim Peleteiro, Milagros del Pozo, Ester Vilarnau, y yo), junto a Jaume Roselló (amigo naturista y editor de algunas publicaciones underground) iniciamos el proyecto de la revista Integral.

 En julio de 1978 me licenciaba en medicina y en octubre del mismo año salio en los quioscos “Integral”, revista de salud y vida natural, como figuraba en el subtitulo. Ya desde el número uno publicábamos artículos de hidroterapia, fitoterapia, homeopatía, acupuntura. Los contenidos los escribíamos nosotros y colaboradores que buscábamos, siendo la mayoría militantes de los temas que tratábamos y no periodistas que hablaban de lo que hacían otros. La revista fue un éxito y a los dos años ya editábamos 35.000 ejemplares mensuales, llegando a tener 17.000 subscriptores. Trabajar en la redacción de la revista, y especialmente en su sección de actividades y encuentros (“El correo del sol”) fue una posición de privilegio que nos permitió estar en el centro del movimiento emergente de las nuevas formas de ver la medicina, la salud y la vida.

 AÑOS OCHENTA. PUERTAS QUE SE ABREN En 1982, desde el mismo proyecto, varios compañeros iniciamos una nueva publicación de aparición trimestral, en este caso dirigido al mundo profesional de la medicina “alternativa”. Desde entonces hasta noviembre de 2003 en que apareció el último número de Natura Medicatrix (revista profesional para el estudio y la difusión de las alternativas sanitarias), estuvimos de forma regular un pequeño grupo de cuatro personas (compartí el tramo más largo del proyecto con los médicos naturistas Josep Lluís Berdonces y Xavier Uriarte, y Anna Sanés, diplomada en enfermería) coordinando el contenido de la revista, con sus English Abstract, y las informaciones de lo que ocurría en el campo de la salud alternativa. También desde Natura Medicatrix coordinamos actividades y formación de pre y post grado como explicare más a delante. El mismo año 1982 fue el de la fundación de la Asociación Española de Médicos Naturistas (AEMN), auspiciada en aquel momento por el empresario Arturo Sales, dueño del Curhotel Hipócrates.

La creación de un colectivo médico naturista estatal fue una agradable oportunidad de conocer a compañeros de otras provincias con los que creamos amistad y compartimos experiencias profesionales. La sensación de aislamiento poco a poco se iba diluyendo. En noviembre de 1984 desde el grupo que trabajamos en la revista Integral, después de crear en 1982 una de las primeras tiendas de productos biológicos de nuestro país, y después de hacer medicina preventiva educando a la población a través de las páginas de la revista, planeamos abrir un centro médico. Por eso, junto a Santiago Giol y Aitor Loroño, dos compañeros médicos del colectivo, y a Octavi Piulats (amigo filósofo y gran naturista práctico que hizo su tesis doctoral en Alemania), que se incorporó a mitad del viaje, y que nos hizo de traductor, organizamos un recorrido por centro-europa para conocer la cuna del naturismo médico. Estuvimos en Arlesheim, a 10 quilómetros de Basilea, Suiza, visitando la Lukas Klinik, clínica antroposófica especializada en pacientes oncológicos. Ya en esa época llevaban años utilizando el extracto de muérdago (Iscador®) con buenos resultados, la hipertermia y otras terapias como la dieta vegetariana estricta, la sauna, la arcilla, la fitoterapia y terapias características de la antroposofía como la euritmia (el arte de la palabra, la música y el movimiento), la pintura y la escultura-modelado, como medios creativos donde el paciente aprende a liberar problemas y expresar sentimiento ocultos que el terapeuta (especialista hasta con cinco años de preparación en estas terapias) utiliza para abrir nuevos caminos hacia la curación.

 En la misma población visitamos otras organizaciones antroposóficas como la Ita Wegman Klinik, pionera de la práctica médica según los principios de Rudolf Steiner y sus seguidores (antroposofía), las instalaciones de los Laboratorios Weleda que preparan sus productos teniendo en cuenta la época, la luna adecuada y demás preceptos de la antroposofía, el Goetheanum o Universidad de las Ciencias espirituales, verdadero templo o meca de esta corriente filosófica. Una de las instalaciones de este centro, el laboratorio de cristalizaciones sensibles, fue una de las cosas que mas nos impactó. El bioquímico que lo dirigía nos proyectaba cristalizaciones correspondiente a las gotitas de sangre de algunos pacientes y nos explicaba como se reflejaba en ellas la totalidad de la persona y sus patologías, y como puede ser una fuente útil de información para el diagnóstico de las enfermedades.

Cruzamos la frontera Suizo-Alemana y, cerca de Freiburg, visitamos la Husemann Klinik, centro psiquiátrico y para enfermos neurológicos, también de línea antroposófica, que recibía la mitad de sus pacientes de Cajas de Seguros (mutuas), y que estaba situada en la ladera de una montaña con edificios descentralizados, para atención médica y clínica, para talleres de pintura y escultura, de cestería y carpintería, centros de musicoterapia, euritmia, equinoterapia, granja biodinámica etc. Una alucinación para nuestras mentes curiosas y vírgenes en el conocimiento de estas terapias. En Uberlingen, junto al lago Constanza, estuvimos en la clínica Buchinger (clínica que hoy en día tiene una sucursal en Málaga) especializada en ayunos y problemas metabólicos, sobretodo obesidad, aunque trataban todo tipo de patologías. Las terapias que mas utilizaban, además del ayuno y la dieta vegetariana, eran la hidroterapia, el ejercicio, la relajación, la acupuntura, la homeopatía y la neuralterapia.

 La Kurpark Klinik, también en Uberlingen, tenía la misma orientación médica, pero de ella nos llamó la atención su director, el doctor Helmut Lützner, del que más tarde publicaríamosu libro sobre el ayuno desde la editorial Integral, y sus ideas eminentemente prácticas. “La revolución de la salud empieza por la base, es decir, cambiando las costumbres individuales en la comida. Hay que educar la mentalidad del ama de casa como responsable de lo que come la familia”, nos decía. “El médico pude conseguir más salud con cosas más sencillas, como pueden ser los libros, prácticas de cocina, etc. en lugar de utilizar aparatos sofisticados en un momento dado”, insistía. A continuación nos acompaño a donde se daban las clases de cocina. Para nosotros fue una grata sorpresa la originalidad y el enfoque tan didáctico y práctico de la sala. En el lado izquierdo había un tablón de anuncios con aspectos teóricos del calendario de actividades: lunes, como hacer pan en casa; martes, como preparar un desayuno; miércoles, como preparar ensaladas; jueves, como hacer la pasta italiana partiendo de la harina, etc. En frente había una cocina sencilla, como la de cualquier hogar medio, nos matizó, donde el cocinero llevaba a la práctica delante de los pacientes las recetas previstas. En la pared derecha había un expositor con los productos de consumo más frecuentes junto a las diferentes alternativas y con una valoración de calidad. Por ejemplo, al lado del azúcar blanco, con una puntuación muy baja, estaba la miel con una alta. De este modo los pacientes aprendían sobre la visión de los productos tal como los encuentran en un supermercado, cuales eran los que más le beneficiaban. En la sala de conferencias, dos o tres veces a la semana, los médicos o fisioterapeutas desarrollaban temas relacionados con la salud, como pueden ser películas sobre el ayuno, los peligros del tabaco, el cultivo biológico, la alimentación etc. seguidas de charlas y coloquios. Fue todo un descubrimiento conocer al doctor Lützner.

 En Munich visitamos el Hospital Municipal de Harlaching, donde tuvimos la grata sorpresa de encontrar todo un pabellón de tres plantas dedicado a terapias no convencionales. Este pabellón, aunque incorporado al hospital, era autónomo. Tenía un director médico propio y métodos terapéuticos independientes. Su capacidad era de 120 camas y se trataban todas las patologías. Bad Wörishofen fue nuestra última visita en Alemania. Este pueblo tiene un significado especial para los conocedores de la historia del naturismo. Fue aquí donde el empírico Sebastián Kneipp ejerció durante tanto tiempo sus prácticas naturistas, fundamentalmente la hidroterapia y la fitoterapia. Pisar y conocer aquellos lugares fue para mi emocionante, no en vano Kneipp era uno de los ídolos naturistas de mi adolescencia cuya biografía había leído con fruición. Toda la población, casas 9 particulares, farmacias, establecimientos en general, tenían servicios relacionados con el abad Kneipp. Había la escuela Kneipp (Kneippschule) y el Sebastianum (clínica), una de las fundaciones para las que donó su fortuna y que entonces funcionaba con una capacidad de 238 camas. En esta clínica se practicaba, además de la terapia Kneipp, la homeopatía, la acupuntura, la neuralterapia, la auricolomedicina, la quiropráctica, la reflejoterapia, el drenaje linfático, la ozonoterapia etc.

 Fuera de Alemania, ya en Zurich (Suiza), tuvimos la ocasión de visitar la clínica Bircher-Benner con capacidad para 70 pacientes. Su fundador, el doctor Max O. Bircher Benner, fue un gran defensor de la dieta cruda, por eso además de un huerto biológico que proveía de verduras a la cocina del hospital, la terapia estrella era la alimentación crudívora acompañada de otras terapias no convencionales como en los anteriores casos.

 Es fácil imaginar cual era nuestro estado de ánimo a la vuelta del viaje y reencontrarnos con la realidad de nuestra Sanidad, huérfana de experiencias como las que habíamos vivido. Rejuvenecidos, como quien ha tenido una revelación mística, nos sentimos como predicadores de otra forma de hacer medicina y de trabajar por la salud. Creíamos entonces, hace 23 años, que habíamos visto el futuro próximo, pero lamentablemente nos equivocamos, ya que hoy en día el pasado en Centro-Europa sigue siendo todavía nuestro futuro.

 En enero de 1985, desde la redacción de Natura Medicatrix, organizamos las primeras Jornadas de Medicina Alternativa en la Sala de actos de Integral. Asistieron un 50% de médicos, un 9% de auxiliares técnicos sanitarios, un 9% de estudiantes de medicina y un 22% de personas interesadas en la salud. El contenido de las jornadas, junto a una crónica del viaje que acabamos de describir a Suiza y Alemania, lo publicamos en un número monográfico de la revista.

 El año 1985 fue importante para mi formación profesional. En primer lugar tuve la oportunidad de viajar a Chile, conocer la Villa Lezaeta y tener una formación de postgrado en la Clínica Naturista Ellen White y en el Centro de Medicina Preventiva que dirigía el Dr. Pedro Silva Jaramillo. Meses antes el Dr. Pedro Silva, discípulo de Lezaeta, médico internista y especialista en neurología, estuvo en España para asistir a un Congreso Mundial de Medicinas Alternativas promovido por Fermín Cabal, difusor de estas medicinas ya en aquella época y que organizaba cursos presenciales y a distancia fundamentalmente para no médicos (naturópatas). No le convenció mucho lo que allí se expuso y acudió acompañado de Diego Echeverría, un amigo chileno naturópata que trabajaba en Barcelona, a conocer la redacción de la  revista Integral y Natura Medicatrix. Al cabo de cinco minutos de conversación, me estaba ofreciendo una beca de formación práctica en su Clínica, que sin duda acepté.

El día 14 de febrero partía hacia Santiago de Chile. Fueron tres meses completos de aprendizaje, viajando cada semana desde Viña del Mar, donde estaba la Clínica Ellen White y donde residía durante la semana, a Santiago, donde compartía regularmente la consulta privada con Pedro Silva en su Centro de Medicina Preventiva. Puesto que por entonces en España no había ninguna Clínica Naturista que atendiera pacientes de todas las patologías, ver la evolución de los ingresados con el tratamiento de la medicina integral como la denominaba él (medicina naturista, manteniendo o recetando medicación convencional cuando era imprescindible; es decir, en pocas ocasiones) era una oportunidad única. Siempre agradeceré la tutoría que recibí, tanto en la clínica como en la consulta, del que considero fue mi maestro y que hoy es mi amigo, el doctor Pedro Silva.

Volví reforzado en mis creencias y formación médicas, considerando que había tenido una inmensa suerte que más tarde, aprovechando la amistad que tenía con él, trasladamos a algunos alumnos del Master de Medicina Naturista que pusimos en marcha desde Natura Medicatrix a partir de 1995, al ser becados para repetir una experiencia similar. Fue un importante paso adelante que permitió abrir en diciembre de 1985 la consulta de Integral, centre Mèdic i de Salut, centro pluridisciplinar promovido desde el equipo de la revista Integral y que me tocó coordinar. Hoy en día sigue siendo mi lugar de trabajo y de 21 profesionales más. Pasé de la redacción y de las responsabilidades administrativas de la editorial al ejercicio de la medicina y de la educación en salud a través de la consulta, cursos (Ser padres, Propuestas para una vida sana, etc.) y conferencias en escuelas, centros sociales o cívicos.

 Otra experiencia profesional importante que ocurrió en 1985 y que compartí con varios compañeros de diferentes provincias españolas, y a la que asistió también como invitado de Natura Medicatrix el Dr. Pedro Silva, fue el regreso a Bad Wörishofen. Concretamente en noviembre de ese año, también organizado por la redacción de Natura Medicatrix de la que formaba parte, programamos un curso de terapia Kneipp en la Kneippschule, estructurado expresamente para nosotros por la Institución Kneipp Internacional. Fue una semana de aprendizaje teórico-práctico de las técnicas y métodos de Kneipp, especialmente la hidroterapia que quedó gráficamente reflejada en un número especial de la Natura Medicatrix, concretamente en el número 14.

 A finales de los años ochenta la Facultad de Medicina de Granada, en connivencia con la Real Academia de Medicina de la misma ciudad, ya estaba impartiendo cursos universitarios de acupuntura, homeopatía y medicina naturista. Esta labor pionera fue posible gracias a varias personas, entre las que es necesario destacar al profesor Miguel Guirao, catedrático de anatomía y presidente entonces de la Real Academia de Medicina de esta capital andaluza.

En el verano de 1989 publicamos el número 21 de Natura Medicatrix elaborado íntegramente por compañeros de Granada, en el que se incluía un extenso artículo del profesor Guirao con el título “Medicinas alternativas ¿por qué?”. Tener una firma reconocida en el mundo científico español abierta a aceptar otros criterios médicos fue para nosotros otra gran motivación.

 AÑOS NOVENTA. EL RECONOCIMIENTO UNIVERSITARIO Podríamos decir que esta década es la de la consolidación universitaria y social de las medicinas no convencionales o alternativas. Proliferan las asociaciones y cursos de homeopatía, acupuntura, medicina naturista, reeducación postural global, lactancia materna…

 La Academia Médico Homeopática de Barcelona cumple los 100 años y se consolida como centro formador de médicos homeópatas. Desde Natura Medicatrix publicamos un número monográfico doble sobre homeopatía (nª 28-29) en 1992 y otro sobre medicina tradicional china (nº 34) en 1993, que intentan ser la expresión de lo que son estas disciplinas, su implantación en ese momento a escala nacional e internacional, y su futuro. A nivel personal tengo que hablar de una experiencia que no tuvo éxito pero que considero que fue muy gratificante e ilustrativa de la situación sanitaria en ese momento.

 Junto a varios compañeros, después de dos años íntegros de intenso trabajo, en 1992, pusimos en marcha Serveis de Salut Integral, un proyecto pionero en el campo de la Sanidad. Se trataba de la primera mutua médica que premiaba la salud y no la enfermedad. Es decir, que para recuperar el dinero invertido el cliente no necesitaba estar enfermo, sino que podía hacerlo fomentando su propia salud. Ello era posible porque el socio podía amortizar su cuota mensual comprando en tiendas de productos ecológicos, en tiendas dietéticas o herbolarios, comiendo en restaurantes vegetarianos, haciendo tai-chi o yoga, acudiendo al gimnasio, pasando un fin de semana en hostales rurales, suscribiéndose a revistas o publicaciones especializadas en salud, encargando estudios geobiológicos de su vivienda o construyendo su casa con criterios de ecoarquitectura, con descuentos que oscilaban entre un 10% y un 20%. También tenían un 20% de descuento en planificación familiar natural, preparación a la maternidad- 12 paternidad y control de la gestación. La asistencia al parto natural se subvencionaba con 30.000 pts. Además de todos estos servicios clasificados dentro del apartado de “Prevención y promoción de la salud”, se podía acudir a “Centros asistenciales” como el Curhotel con un 10% de descuento en todos los servicios y a balnearios con un 15% de subvención en un tratamiento de balneoterapia. Si el socio se ponía enfermo podía acudir a los “Servicios de consulta y tratamiento”, que estaban cubiertos por profesionales licenciados en medicina, con años de experiencia en medicina homeopática, naturista, biológica, y tradicional china – acupuntura. Existía también el servicio de orientación psicológica que diagnosticaba y orientaba la escuela psicológica más apropiada en cada caso; la revisión medica básica, las terapias psicológicas (individual, grupal, familiar, infantil, tercera edad y deshabituación a drogodependencias), y las técnicas terapéuticas (terapias manuales, psicocorporales, de desarrollo personal, de relajación y visualización…). Los servicios médicos tenían un 80% de descuento en las tres primeras visitas anuales y un 50% en las restantes. Las terapias se ofrecían con un 20% de descuento.

 Montar toda esta red, que partió con 300 servicios en toda Cataluña, significó muchos meses de trabajo y coordinación de un colectivo de personas. Nosotros asumíamos el pago más importante, el 80% y el 50% de las consultas de los profesionales médicos, y el resto de los descuentos los asumía cada servicio. Las cuotas que se preveían de los socios que iban a utilizar los servicios preventivos tenían que servir para cuanto tuvieran algún problema de salud.

Nos equivocamos. A la hora de la verdad la gente esperaba a estar enferma para hacerse socia, lo que nos descapitalizó en poco tiempo. Como responsable y coordinador del proyecto intenté llegar a un acuerdo con las mutuas de salud convencionales más importantes. Nosotros teníamos lo que a ellos les faltaba; con un suplemento en su cuota podríamos dar un servicio completo, integral. Si la población no estaba preparada para el proyecto, menos aun las mutuas. Hasta que no se reconocieran por los colegios y academias profesionales no querían saber nada de homeopatía, acupuntura, medicina naturista, etc. Sólo a última hora conseguimos un acuerdo con “Centro Asegurador” (al que todavía agradecemos su valentía) que no llegó a fructificar por haberse agotado ya nuestros recursos económicos. Un empresario del ramo de la construcción que tenía toda la planta baja de un edificio para ocupar, cerca de 3.000 metros cuadrados, me ayudó a cancelar algunas de las deudas generadas por “Serveis de Salut Integral” a cambio de hacerle una propuesta de centro asistencial en su local de Sabadell. Era la oportunidad de crear un centro integral de salud con todos los servicios necesarios. Distribuí sobre el plano espacios 13 para un área preventiva (auditorio, restaurante de productos naturales y biológicos, sala de cursos prácticos incluidos de cocina, gimnasio, sala de yoga y relajación, consultas de planificación familiar, odontología, optometría, chequeos…), un área de consultas (pediatría, geriatría, medicina naturista, homeopatía, acupuntura, especialistas…), un área de urgencias (servicio de urgencias, unidad del dolor, ingresados para quimioterapia, sala de parto natural junto a quirófano por si hay complicaciones…), área de diagnostico, área de terapia (piscina, rehabilitación, hidroterapia, sauna, terapias manuales, terapias del movimiento…) y área de formación e investigación. Intentaba ser una propuesta práctica de convivencia entre las diferentes opciones médicas y terapéuticas. Entregado el proyecto no llegó a materializarse, supongo que por criterios de rentabilidad.

 En agosto de 1993 se celebró en Kiel, Alemania, una reunión de la IFMSA (Asociación Internacional de Estudiantes de Medicina) con la participación de 60 estudiantes de diferentes partes del mundo. En esta ocasión los organizadores del contenido eran los representantes españoles y eligieron como tema “la medicina holística o integral”. Como ponente fui invitado junto a Rosalía Zueras, coordinadora de la reciente sección de homeopática y acupuntura del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB). Responder a la demanda de los estudiantes fue algo muy valorado por nuestra parte. Entre las conclusiones del encuentro destacaba el deseo de los estudiantes de que en la Facultad de Medicina hubiera información sobre estos criterios médicos y terapias, y formación sobre los más reconocidos. Como resultado de esta reunión internacional, y promovido por los propios estudiantes, tuvo lugar, cuatro meses después en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Barcelona, una mesa redonda para discutir el tema. Estaban como ponentes el entonces decano de la facultad, doctor Mezquita, el doctor Guirao, catedrático de anatomía y ex-presidente de la academia de medicina de Granada, el doctor Pedro Silva que pudo hablar de su experiencia docente en las universidades chilenas, y una representación de los médicos homeópatas, acupuntores y naturistas, entre los que me encontraba.

Fruto del encuentro se aprobó en la junta de la Facultad, el 16 de mayo de 1994, el compromiso de iniciar cursos introductorios de carácter voluntario de estas materias, en lugar de asignaturas como pedían algunos estudiantes. Así fue como la Facultad de Medicina, en el Hospital Clínico de Barcelona, inauguró en nuestro país los cursos introductorios a la medicina naturista, la homeopatía y la acupuntura. La duración de cada uno de ellos era de 35 horas y lo coordinaban, siguiendo la demanda de los estudiantes, las secciones colegiales de homeopatía y acupuntura del COMB y yo como representante de Natura Medicatrix, puesto que en esas fechas no existía todavía la sección de medicina naturista.

Entre enero y febrero de 1995 se llevó a cabo el primer curso teórico-práctico de “Introducción a la Medicina Naturista”, que llegó a tener hasta siete ediciones, las últimas de ellas con créditos académicos. En la actualidad los cursos no se renuevan por saturación de otras ofertas a los estudiantes y por incremento de sus matrículas, ya que han dejado de ser subvencionados.

 Hoy en día muchos estudiantes acuden a las múltiples posibilidades de información que encuentran sobre estos criterios médicos fuera de la Facultad. Durante el año 1994, también desde la redacción de Natura Medicatrix, iniciamos la formación en postgrado programando un master de medicina naturista de 320 horas en la “Fundació Bosch i Gimpera-Universitat de Barcelona”, que luego se convirtió, por presión de la Universidad, en postgrado en las cuatro siguientes ediciones que duró.

Esta formación seguía los ejemplos de Granada, que en 1989 fue la pionera en hacer un master de medicina naturista en su Facultad de Medicina, y de Zaragoza, donde nuestro incansable amigo y difusor del naturismo, el doctor Pablo Saz, organizaba también en la Facultad de Medicina el postgrado de medicina naturista desde 1992. Posteriormente al nuestro se pusieron en marcha dos master que incluían también la homeopatía y la acupuntura en una única formación, en la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela (1996) y en Valencia (2000), donde estaban comprometidos el Colegio de Médicos y la Universidad. En 1997, siguiendo los pasos de las secciones de homeopatía y acupuntura, recogimos las 50 firmas necesarias de colegiados y creamos la Sección de Médicos Naturistas del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, que presido desde su creación gracias a la confianza recibida de mis compañeros.

 SIGLO XXI. EL PRESENTE El 16 de julio de 1999 el Parlamento de Cataluña recomienda la creación de un grupo de trabajo de expertos en medicinas no convencionales (GTMNC) para valorar su regulación. El 26 de abril de 2000 se nombra el grupo de cinco expertos entre los que me encuentro representado la medicina naturista. Más tarde se amplia el grupo. Fueron muchos meses de reuniones y de consultas paralelas con universidades, comités de ética, colegios profesionales, etc. para llegar a una recomendaciones sobre el derecho que tiene la sociedad a estar informada sobre estos tratamientos y sobre la necesidad de regulación de la enseñanza y de la práctica de las medicinas no convencionales. Se 15 confeccionó un dossier que recogía varios tomos de documentación y que se presentó en abril de 2002. Los cambios políticos, resultado de las elecciones autonómicas, hicieron que todo este proceso quedara detenido sin traducirse en ninguna medida práctica.

Creo que tiene interés conocer la propuesta que consensuamos en ese momento (septiembre 2001) las secciones colegiales de los Colegios de Médicos de Cataluña y la Academia Médico Homeopática de Barcelona para regular la formación y el ejercicio de la medicina naturista, la homeopatía y la acupuntura. En ella se pedían tres asignaturas obligatorias (medicina naturista, homeopatía y acupuntura), de 60 horas de duración cada una, para estudiantes de segundo ciclo de medicina; la necesidad, mientras no se consideren como una especialidad médica, de realizar postgrados o masteres de un mínimo de 500 horas de duración impartidos en centros universitarios o en academias oficialmente acreditadas; y la petición de crear un departamento de medicina naturista, homeopatía y medicina tradicional china en un hospital universitario, con un área de investigación y otra de asistencia primaria en cada uno de ellos, y en la que exista la figura del consultor para interconsultas con otros departamentos que necesiten información sobre estos criterios médicos.

 En junio de 2000 organizamos el XVII Congreso de la Asociación Española de Médicos Naturistas desde la Sección Colegial del COMB. Tuvo lugar en la sala de actos del Colegio y el tema que tratamos fue “medicina naturista e inmunología”. Participaron ponentes españoles, europeos y sudamericanos de reconocido prestigio. Para nosotros significó un paso adelante importante, ya que en el Comité de Honor del Congreso estaban todas las representaciones sociales (Presidente de la Generalitat, Alcalde de Barcelona) y profesionales del momento (Consejero de Sanidad y Seguridad social de la Generalitat, Presidente de la Organización Médica Colegial…) Además fue una actividad acreditada por el Consejo Catalán de la Formación Médica Continuada.

En octubre de 2002 fui invitado al V Curso Internacional de Medicina Naturista organizado por el Dr. Pedro Silva y la Villa Lezaeta en Santiago de Chile, para hablar de la “Docencia de la medicina naturista en España” y de la “Situación de las organizaciones gremiales y científicas de los médicos naturistas españoles”. Ello me obligó a recoger información y a hacer algunos trabajos estadísticos entre los que me gustaría destacar dos ejemplos. Una encuesta realizada desde la Sección Colegial de Médicos Naturistas del COMB a estudiantes de medicina de la Universidad Central de Barcelona durante el curso 2000-2001, y a la que contestaron 208 alumnos. La conclusión resumida era que de cada 10 estudiantes 9 sabían que existían otros criterios médicos además del oficial; que 1 de cada 4 estudiantes de los que contestaban la  encuesta había asistido a algún curso de introducción a la homeopatía, la acupuntura o la medicina naturista; y que el 70% de los que habían participado pedían ampliarlos, cifra que se reducía al 42% en los que no habían asistido. Y en segundo lugar, destacaría un gráfico que correspondía al porcentaje de secciones colegiales de medicinas no convencionales que había a finales de 2001 en los 52 colegios profesionales de nuestro país. En ese momento había 13 secciones colegiales (25% de los colegios) compartidas (medicina naturista, homeopatía y acupuntura) en otros tantos colegios, a las que se le habían de añadir 8 exclusivas de acupuntura (sumadas a las 13 anteriores significaban un 40% del total), 5 de homeopatía (un 31% del total), y 3 de medicina naturista (también un 31% del total). Estas cifras, nada despreciables viniendo de la nada y de la falta de reconocimiento profesional, han sido hoy superadas, lo que demuestra la buena salud que están adquiriendo la homeopatía, la acupuntura y la medicina naturista, ejercidas por licenciados en medicina.

Durante los años 2000-2001, junto a un gran equipo de compañeros, intentamos poner en marcha la Fundació Universitat Verda. El objetivo del proyecto era reunir bajo un mismo marco las diferentes propuestas culturales y de formación que tienen en cuenta el desarrollo de la persona y el respeto por el medio ambiente en los distintos ámbitos de la ciencia y la cultura. De las cinco áreas de trabajo (docencia, investigación, comunicación y documentación, acción, cultura y ocio) quisiera destacar aquí la relacionada con la docencia universitaria. Creíamos necesario unificar en una misma propuesta las otras formas de ver la medicina, la agricultura, la arquitectura, las energías, la economía, etc. desde una formación seria y universitaria. Hicimos una propuesta de programa con decenas de cursos que sumaban más de 10.000 horas de docencia, muchos de ellos ya funcionando en universidades (homeopatía, medicina naturista, acupuntura, agricultura biológica…), e intentar llegar a un acuerdo de colaboración con alguna de ellas.

En enero de 2002 teníamos un acuerdo marco de colaboración entre la Universidad Central de Barcelona, cuyo Rector era entonces el Dr. Joan Tugores, y Universitat Verda, con todos los puntos negociados y consensuados, donde se hablaba de la necesidad de “satisfacer la demanda social de complementar y potenciar la docencia universitaria actual con actividades docentes en el campo de las ciencias de la salud, la arquitectura, la agricultura, la economía, la antropología, la sociología, la filosofía, las ciencias de la educación, la ecología, etc. con una visión alternativa no recogida por la actual oferta de enseñanza”. El acuerdo marco, que todavía conservo, aunque había estado aprobado de palabra, nunca llegó a firmarse por motivos que todavía desconocemos pero que sospechamos.

 La universidad que representa etimológicamente la universalidad, la pluralidad de conocimientos, no está siempre preparada para cumplir su función; como en toda la historia de la ciencia, existen núcleos duros que confunden su representación con le poder y con su única verdad, condenando al destierro a otras formas de pensar. Cuando la universidad en lugar de ser un punto de encuentro donde se intercambian las ideas, donde se integran las aportaciones de las diferentes culturas, donde se reflexiona sobre los distintos criterios para solucionar un mismo problema, se convierte en un templo donde se imparte una única doctrina y donde los alumnos-discípulos están preparados para memorizar y no para pensar y discrepar, nos hallamos ante una dictadura del saber. Pasamos de la universalidad al sectarismo, y lo que parece una coincidencia de opinión de la comunidad científica no es a veces más que un autismo y una uniformidad en la enseñanza. Por eso, iniciativas como las que estamos viviendo en la Facultad de Medicina de Salamanca nos hacen mantener la fe y la ilusión en que una universidad plural y tolerante con todas las ideas es posible.

En el año 2004 la Generalitat de Cataluña recomienda reanudar la regulación de las terapias naturales (ya no se habla de medicinas no convencionales), y en 2005 se crea un grupo de trabajo donde la mayoría son no sanitarios, lo que genera un conflicto que acaba desplazando a los colegios sanitarios profesionales fuera del proyecto. Se reconoce que lo que intenta regular son los no sanitarios a los que se les llamará “prácticos en terapias naturales”. En marzo de 2006 se presenta el proyecto y el 30 de enero de 2007 se publica el decreto en el Boletín de la Generalitat de Cataluña. Las secciones colegiales de homeopatía y acupuntura del COMB y el colegio de fisioterapeutas y otros estamentos colegiales, incluida la OMC, lo acaban impugnando, con lo que en este momento sólo queda operativa una parte del decreto pendiente de la resolución de algunas de las impugnaciones. La Sección de Médicos Naturistas del COMB, a la que represento, vemos necesaria la regulación, ya que los más de 3.000 profesionales no sanitarios que están ejerciendo desde hace años no pueden evaporarse, y los pacientes necesitan saber que grado de preparación tienen. En lo que no estamos de acuerdo es en la parte del contenido formativo aprobado que les confiere competencias propias de la formación médica.

Creo que éste es un tema que necesita una reflexión y participación serena de todos los implicados. Como propuesta de regulación para los médicos se llegó en el 2006 a un acuerdo, entre todas las secciones colegiales que forman parte de la OMC , para definir unos parámetros de valoración que dieran paso a la acreditación de médicos naturistas, homeópatas, y acupuntores, ya que hasta entonces cualquier médico podía 18 denominarse de este modo sin justificar ninguna preparación. Estos parámetros se están aplicando y los colegios de médicos (en concreto mi experiencia es con el de Barcelona) están dando un diploma donde se acredita la titulación de médico naturista, homeópata o acupuntor. Este es un paso muy importante para nosotros ya que reconoce nuestra formación añadida a la oficial y garantiza a los pacientes una atención profesional competente.

Las futuras acreditaciones de nuevos profesionales precisan de una formación específica. Por eso, en colaboración con el Centro de Estudios Colegial del COMB y la Universidad Central de Barcelona, en la Sección de Médicos Naturistas estamos ya finalizando la preparación de un Master de Medicina Naturista, de 500 horas de duración, que viene a relevar el postgrado que dejó de realizarse hace tres años en Cataluña. Hoy en día existen masteres o postgrados de homeopatía, acupuntura o medicina naturista en varias universidades españolas. Creo que es el momento, tal como nos reconocía en una reciente conversación la decana de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Barcelona, de crear una asignatura obligatoria dentro de la carrera de medicina que de a conocer las otras opciones médicas y las terapias no convencionales. No puede ser que un licenciado sanitario no conozca de que le habla un paciente u otro profesional cuando le menciona experiencias al margen de su criterio médico.

 Quisiera destacar lo importante que es para mí en el momento actual el ejercicio de la medicina en Integral, centre mèdic i de salut, en el que estamos trabajando 21 profesionales (médicos, psicólogos, fisioterapeutas, pedagogos, optometristas, profesores de yoga…), todos con años de experiencia en medicina o terapias no convencionales, especialmente cuando en los encuentros mensuales intercambiamos opiniones y consejos profesionales sobre determinadas patologías y pacientes. Esta relación interdisciplinar, iniciada en 1985, es muy enriquecedora y gratificante, tanto a nivel personal como profesional.

Para finalizar, quisiera resumir la que en mi opinión es la postura del colectivo médico ante el ejercicio de las medicinas no convencionales, tal como lo expuse en diciembre de 2004 en el espacio Forum de Herbonatur, abierto a todos los profesionales (sanitarios y no sanitarios) que ejercen estos criterios o terapias. Diría que existen tres posiciones. Postura cerrada, de oposición: médicos que, fruto del desconocimiento, se defienden ignorando las aportaciones de las medicinas no convencionales, considerándolas no científicas, y abogando por su exclusión de la formación sanitaria. Postura abierta pasiva, de aceptación: médicos que reconocen las limitaciones de la medicina  convencional y aceptan que pueden existir dentro del colectivo médico, y sólo dentro de él (no aceptan la existencia de naturópatas), aportaciones desde la medicina no convencional. Abierta activa, de participación: médicos que amplían sus conocimientos con la formación en medicinas no convencionales y, respecto al ejercicio profesional, algunos consideran que sólo las pueden practicar los médicos, y otros aceptan que la practiquen no médicos, pero con limitaciones (diagnóstico, tratamiento farmacológico…).

Desde los años setenta hasta hoy las cosas han cambiado mucho. Hemos pasado de la autoformación a la universidad, de la clandestinidad a los colegios profesionales. Sin embargo, es necesario recordar que, a pesar de los evidentes avances en el reconocimiento de las terapias o medicinas no convencionales, el presente en nuestro país, como ya hemos dicho y ha quedado patente en estas páginas, todavía en esta cuestión esta muy lejos del pasado en otros países. Mi deseo es que en un futuro próximo podamos normalizar la convivencia en la formación y en el ejercicio, tanto privado como público, de las diferentes terapias y criterios médicos.